lunes, 20 de mayo de 2013

ACTIVIDADES REALIZADAS PARA EL 11 DE MAYO - FRAY M. ESQUIÚ -


El 11 de mayo, recordamos el nacimiento de nuestro patrono Fray Mamerto Esquiú, quien eligió como modelo de vida a San Francisco de Asís, por sus valores y cristiandad.
Por este motivo, recibimos en la escuela, la grata visita de la Srita. Gladys Manochio, y el cura párroco Roberto Ferrari. En este encuentro, la historia y el por qué de la elección de nuestro protector, como así también las bondades y virtudes que practicó en su vida religiosa, fueron relatadas por la ex-directora y el Padre quien completó el mensaje instando a seguir su trayectoria, como un ejemplo de vida.
Además, invitamos a las familias a participar de la misa comunitaria, el día domingo 12 de mayo, momento en que se celebra la misa de los niños.
En este año tan especial para los argentinos, en el que nuestro Papa también ha demostrado su devoción por San Francisco, le pedimos al Santo de Asís que nos llene de fortaleza y voluntad para poder vivir sus valores cristianos.


Escuela Fray M. Esquiú, niveles Inicial y Primario.
Año 2013.

11 de MAYO - FRAY MAMERTO ESQUIÚ


Fray Mamerto Esquiú (1826–1883),
sacerdote franciscano argentino

sobresalió en nuestro continente latinoamericano
por su talento, humildad y patriotismo.




Había nacido el 11 de mayo de 1826, en La Callecita (Piedra Blanca, Catamarca), bajo un pobre techo de paja. Hijo de Santiago Esquiú, soldado catalán enviado por España al Río de la Plata; su madre, María de las Nieves Medina, criolla catamarqueña. 
Desde niño se sintió atraído por el pobre Francisco de Asís, siendo aún adolescente ingresó a la orden franciscana. Ordenado sacerdote, muchos se acercaban para escuchar sus prédicas. Sin dudas sobresale por aquel sermón, en la catedral de Catamarca, con motivo de la jura de la Constitución Nacional, el 9 de julio de 1853, momento en el que pidió por la concordia y la unión de todos los argentinos. La prensa de entonces le dio alcance nacional y fue reconocido como el "orador de la Constitución".  Su palabra sigue siendo actual, especialmente cuando invita a defender las instituciones del País y a trabajar en positivo por el bien de todos.
Más allá de su famosa oratoria de alcance internacional, encontramos en Esquiú un humilde sacerdote que trata de llegar, con la verdad, al corazón de la gente. En su prédica motivaba para que cada uno, dentro de la comunidad, sepa el tema y calcular las consecuencias antes de actuar, dedicarse a lo justo y a lo bueno, de no flaquear ante la amenaza de la tiranía y el despotismo o la seducción de la demagogia; de tener la capacidad para saber sacrificar las afecciones privadas en aras del bien común. Con sus palabras y su vida derramaba la caridad divina por todos sus poros.
Además, hay que recordarlo como periodista, por su labor en los medios públicos e incluso en los que él mismo fundara.  
Fray Mamerto Esquiú fue consagrado obispo de Córdoba, aunque siempre creía que no correspondía a la dignidad episcopal. 
Murió humildemente el 10 de enero de 1883, en la localidad catamarqueña de El Suncho. En ese momento, un diario cordobés escribía al respecto: “Ha muerto no sólo un gran pastor, sino un gran hombre, que iluminó con sus prodigiosos talentos y con la luz de sus conocimientos profundos, el claustro, la Cátedra Sagrada [...] el humilde entre los humildes, que vivía más humildemente aún, ha expirado en un lugar humilde, solitario, privado de todo recurso, rodeado por el misterioso silencio del desierto”. 
  El Santo Padre Benedicto XVI reconoció las virtudes heroicas del siervo de Dios Fray Mamerto Esquiú, de la Orden de los Frailes Menores (franciscanos), obispo de Córdoba (Argentina) y «orador» de la Constitución argentina.

En el año de la Fe y ante un nuevo aniversario de su nacimiento, deseamos recordar a este sacerdote que, con sus palabras y su vida, ilumina y guía el destino de nuestra comunidad educativa y nos invita a superar los actuales desencuentros nacionales y a alcanzar la madurez democrática y civil de nuestra República Argentina.